El uso de fragancias junto a pelÃculas ya se habÃa intentado anteriormente, en concreto, en el año 1916. La primera proyección tuvo lugar en un cine de Pennsylvania, en la que se instaló una bola de algodón hidrófilo impregnado de aceite de rosas de cara a un ventilador mientras se reproducÃa un reportaje basado en el Rose Bowl.
Posteriormente, en 1929, un cine de Nueva York desarrolló un método para perfumar el espacio desde el techo al reproducir La melodÃa de Broadway.
Como veis, hubo muchos intentos para introducir los olores en filmes, otro de ellos fue desarrollado por un cine de Detroit que, en este caso, lanzaba algunos aromas en puntos concretos de las pelÃculas The Sea Hawk y Boom Town. Años después, volvió a intentarse emitiendo aromas a través del aire acondicionado durante la proyección de la cinta Behind the Great Wall. El problema era que la difusión de aromas de forma masiva podÃa llegar a ser desagradable para el público.
Más tarde se desarrolló un sistema denominado como âScentovisionâ, se trataba de un sistema que emite olores en una pelÃcula. Fue creado por Hans Laube y tan sólo llegó a utilizarse en una ocasión por completo con la pelÃcula Scent of Mystery, con el fin de conseguir intensificar la experiencia de los espectadores. Durante la proyección de esta pelÃcula de género negro se lanzó el aroma del cigarro o de la pipa de los intérpretes.
El método desarrollado por Laube, utilizaba unos tubos individuales situados debajo de los asientos de los espectadores, dirigidos por una persona que los iba controlando con un teclado. Fue presentado en la Feria Internacional de Nueva York en 1939, su proyecto despertó mucho interés aunque no dio los frutos esperados.
Michael Todd, junto a su hijo, mostraron interés por el sistema creado por Laube y juntos emplearon esta tecnologÃa para la proyección de la antes citada, Scent of Mystery. Al contrario de lo esperado por los Todd y Laube, el experimento no triunfó.
El pequeño de los Todd denominó el invento de Laude como âSmell-o-Visionâ, presentó de nuevo Scent of Mystery renovando el sistema original de Laube aplicando algunos cambios aunque, de nuevo, no consiguió convencer al público.
Todos estos intentos no obtuvieron el éxito esperado por sus creadores por diversos motivos, entre ellos la mezcla de olores y el tiempo transcurrido entre la difusión del aroma y la percepción del mismo por el espectador.
Desde entonces nadie ha sido capaz de completar con satisfacción las experiencias audiovisuales, hasta hoy.
Tal y como os contábamos en el post con el que inauguramos este blog, en enero de 2013 el ingeniero Raúl Porcar patentó una nueva tecnologÃa para introducir el olor a las pelÃculas: OloramaTM.
Se trata de una tecnologÃa compuesta de Hardware, Software y esencias para la emisión controlada de olores de forma sincronizada ya no tan sólo con las escenas de una pelÃcula, si no de cualquier contenido audiovisual en general.
En Olorama se ha aprendido de los errores cometidos en el pasado asegurando una experiencia totalmente real y placentera (ya que no se utilizan olores desagradables), eliminando totalmente la mezcla de olores y el dispositivo es totalmente versátil para cualquier aplicación.
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¡Gracias por leernos!