La exitosa novela del famoso escritor Ernst Cline (Ready Player One, 2011) lo deja claro:
Wade (o Parzival, el nombre de su Avatar en Oasis), es el protagonista de la novela, y cuenta Cline que cuenta con un equipo de «Última generación» para sumergirse en Oasis: Silla háptica… Traje… Guantes… Una cinta para poder correr… Pero sobre todo, la Torre Olfatrix:
«The Olfatrix smell tower in the corner was capable of generating over two thousand discernible odors.» p.192
Oasis es como se imagina Cline que será el futuro… Humanos en un planeta prácticamente desolado… Donde las fuentes de energía fósiles se han agotado y prácticamente la única forma de moverse es a través de Oasis. Una mega-plataforma futurista de Realidad Virtual compuesta por planetas, mundos y sectores… Donde todo el mundo puede vivir (virtualmente) más o menos como entendemos ahora… Asistir a la escuela… Pasear por un parque virtual (los parques reales también están ya muy deteriorados debido a la mano del ser humano) o incluso tener el aspecto que desees (no queremos desvelar la identidad del mejor amigo de Wade, Hache, pero quién haya podido leer la novela sabrá a que nos referimos…).
La verdad es que lo que plantea Ernest Cline no es para nada disparatado… De hecho ya hay un proyecto de película que dirigirá nada más y nada menos que Steven Spielberg… La novela cuenta como un multimillonario (y creador de Oasis), deja en su testamento que quién encuentre «el Huevo» dentro de Oasis será el heredero de toda su fortuna (que no es poca). La novela cuenta como Wade tiene que luchar contra los malvados «sixers» (una empresa, IOI cuyo único objetivo es encontrar el huevo primero que nadie, simplemente para terminar con Oasis tal y como se conoce), y gracias a su alianza con otros 3 «gunters», entre los que se encuentra su amor, consigue finalmente encontrar «el Huevo» y salvar Oasis (y de paso, salvarse a ellos mismos…).
A diferencia de lo que plantea Lewis Packwood, uno de los primeros en escribir sobre la novela, ya podemos disfrutar de una aproximación a «La Torre Olfatrix» que plantea Cline gracias a Olorama Technology:
Si tenemos en cuenta que, de media, la mayoría de las experiencias de Realidad Virtual que podemos ver hoy en día no superan los 10 minutos (aunque obviamente, Esto no es una restricción técnica real, sino algo que la práctica nos dice…), disponer de 10 olores diferentes parece suficiente (más de 1 olor por minuto) para disfrutar de una experiencia con olores… Además así ayudamos a no saturar el sentido del olfato, un sentido que como sabéis es muy sensible, fácil de saturar, y que puede hacer que arruine nuestra experiencia…
Además para experiencias más largas, donde se requiera de mayor variedad de olores, Olorama ofrece la posibilidad de replicar el número de equipos, multiplicando así sus posibilidades (2 equipos: 20 olores, 3 equipos: 30, etc.).
Una novela que todo amante de la tecnología deberá leer… A nosotros nos ha inspirado muchísimo, no esperéis a la película…!